Hechos de Vida

La convivencia espacio Privilegiado.

Por: Hna. Mercedes Ascencio Calderón

Desde la experiencia vivida este año acompañando las convivencias de los estudiantes de COLPRES Piedecuesta, de primaria y secundaria, de la jornada de la tarde, les comparto que ha sido enriquecedor tanto para ellos como para quienes la hemos dirigido y nos ayudó en el crecimiento integral, favoreciendo el encuentro con Dios, con la naturaleza, con nosotros mismos y los hermanos.  Iluminados por la Palabra de Dios que siempre tiene algo que decir a nuestra vida, a nuestro corazón.

Han sido espacios de silencio, oración, de alegría, de compartir fraterno y trabajo en grupos donde se ha podido profundizar en el desarrollo de su propio proyecto de vida.

Considero que abordar la convivencia desde el colegio como parte de la formación de los niños y jóvenes les enseña a aprender a reconocer la importancia que tiene Dios en sus vidas, posibilita el desarrollo de competencias personales y sociales, para aprender a ser y a convivir juntos, como nos invita el Papa Francisco en el Sinodo que estamos finalizando este año 2023 sobre la Comunión, participación y misión.

La convivencia se construye juntos y comprende entre otros muchos factores un proceso de enseñanza-aprendizaje, experiencia que lleva a asumir compromisos cristianos, reconocer las debilidades y fortalezas para avanzar en el camino de crecimiento en el seguimiento de Jesús.

Todo esto no hubiese sido posible sin el apoyo de todo un equipo de trabajo,(Psicología, Equipo de Pastoral, junto con los directores de grupo, las hermanas y personal de servicio de la Turena, quienes muy amablemente nos acogieron).

El ambiente que se vive en la Turena propicia la vivencia del silencio y la oración, fortaleciendo la capacidad de asombro ante la obra creadora de Dios y los espacios propicios para las actividades lúdicas que ayudan en la integración.

No todo es color de roda, día a día es frecuente encontrarse con actos de indisciplina que hacen relevante la importancia de educar en valores y sana convivencia. Para contrarrestar estos actos de indisciplina fue necesario implementar estrategias que permitieran que estas dificultades vayan quedando atrás; logrando generar empatía e interés por las buenas relaciones interpersonales entre los estudiantes, docentes y hermanas, por tanto, si no existe una buena convivencia no se produce un aprendizaje significativo.

Para finalizar invito a toda la comunidad educativa y a los padres de familia a ser parte activa de estos procesos de formación que no deben quedar truncados en las aulas de clase sino darle continuidad. Todo esto pensándolo en Dios.

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