Hechos de Vida

Natividad de la Virgen María, Fiesta de amor y Felicidad.

Por: Docentes Área de Educación Religiosa.

La felicidad en la vida de las personas depende de muchos episodios presentes a lo largo de sus vidas, de esto, cada uno tiene sus recuerdos, a los cuales recurren de vez en cuando, para revivir ese momento especial en su existencia. Por consiguiente, el nacimiento de un nuevo ser normalmente, genera esta emoción de amor o ¿usted no se ha alegrado por la llegada de un nuevo integrante a la familia o a su vida? En este sentido, la familia Colpres, quiere hacer menoría de un acontecimiento importante en la historia de los creyentes en Jesucristo, el nacimiento de la Virgen María y su niñez.

Es una celebración importante, ya que como es conocido, ella tuvo la gracia de ser la madre de Dios Hijo, pero antes de tener este favor, ella vivió la vida de entrega al Señor, empezando desde su entorno familiar, de dónde se vive ese amor a Dios. Tuvo unos padres fieles al Señor que, a pesar de las dificultades para concebir un hijo, como otras familias de la Sagrada Escritura, Joaquín y Ana estuvieron atentos a la bendición otorgada y cumplieron en la educación de María (protoevangelio de Santiago)

Pero bien, hay que reconocer que este hecho tan importante, no se le tuvo la debida consideración hasta varios años después de sucedido. Pues bien, para la Iglesia cristiano católica, éste se celebra nueve meses después de la celebración de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre, y solo se empieza a celebrar “en Oriente desde el siglo V, y en Occidente fue introducida, hacia el siglo VII.” Por ende, no se menciona como fecha exacta de su natividad, es en cambio, la manera de recordar este momento de felicidad en la historia de salvación, nace, la “llena de Gracia” la que será, madre del Salvador.

Así mismo, también es importante resaltar la niñez de la María, aunque no aparece en la Sagrada Escritura, algunos libros apócrifos, como el protoevangelio de Santiago, si mencionan lo que fue este episodio de la vida de la madre del Salvador. De esta manera, su infancia estuvo acompañada por sus padres hasta un corto tiempo, donde le educan en el amor al Creador, luego, a una edad muy temprana, la llevan al templo y allí sigue su entrega al Señor en diferentes actividades, entre ellas, la oración constante a Dios. Al mismo tiempo, se reconoce en ella, su pureza, devoción, dulzura, abnegación, obediencia y otros valores, que engrandecen su vida, a tal punto de ser elegida para la misión más grande, que cualquier mujer creyente, pudiese imaginar, ser la madre de Dios hijo, el salvador del mundo.

Por último, queda reconocerle a la Santísima Virgen María, como la llena de gracia, que desde sus inicios nos da la enseñanza de como servirle a Dios desde el ser hijos de Dios. Por ello, tenerla como modelo de vida, es comprender que el la humildad y sencillez de la niña María, debe acompañar la vida diaria, desde que se nace hasta el encuentro con el Padre Celestial. Y ser conscientes, que como Madre de Dios hijo, intercede por cada uno de los que piden su intercesión ante Dios, así como lo hizo en las bodas de Caná.

En nuestra institución, se realizaron algunas actividades en honor a la virgen María.

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